La etiqueta de eficiencia energética es un distintivo que muestra a los consumidores el nivel de eficiencia energética de un electrodoméstico, calificándolo de la A (más eficiente) a la G (menos eficiente).
Esta etiqueta es obligatoria en todos los electrodomésticos en la Unión Europea desde 1995, y su objetivo es mejorar el rendimiento energético y reducir el consumo de energía eléctrica en los hogares.
La etiqueta de eficiencia energética no sólo indica la eficiencia energética de un electrodoméstico, sino también su consumo anual de energía, su capacidad, su ruido y, en algunos casos, su emisión de CO2.
El objetivo de esta información es proporcionar al consumidor una mayor transparencia para que pueda tomar las mejores decisiones sobre su consumo de energía.
La etiqueta de eficiencia energética es importante porque permite al consumidor comparar la eficiencia energética de diferentes electrodomésticos de la misma categoría.
Esta información también ayuda a los consumidores a elegir electrodomésticos más eficientes y rentables y reducir su consumo eléctrico, lo que a su vez conlleva una reducción en la emisión de gases de efecto invernadero
Existen muchos electrodomésticos eficientes con una etiqueta de eficiencia A, como por ejemplo frigoríficos, congeladores, lavadoras, climatización, lavavajillas y bombillas.
Estos electrodomésticos eficientes cuentan con la tecnología más avanzada para maximizar el ahorro de energía, y esto se traduce en una reducción en su consumo final de energía, y por tanto, del consumo económico en la factura de la luz.
Podemos calcular el ahorro energético que conseguimos al cambiar de un electrodoméstico de baja eficiencia a uno de alta eficiencia consultando su etiqueta de eficiencia energética.
La diferencia de consumo entre un electrodoméstico con una etiqueta de eficiencia A y otro de eficiencia B puede ser significativa, llegando a ahorrar hasta un 50% en el consumo energético.
En muchos casos, el precio de los electrodomésticos eficientes es superior al de los menos eficientes, pero en poco tiempo se produce un ahorro notable en la factura energética.
Por lo tanto, invertir en electrodomésticos eficientes es una decisión rentable a largo plazo, ya que ahorra energía y genera un ahorro económico.