Últimamente se está escuchando la necesidad de construir edificios sostenibles y eficientes, pero por los no entendidos se cree que es un costoso lujo, ya que se utilizan materiales diferentes, diseños innovadores, cumplimiento ambiental por encima de la norma existente con lo que aumentan los costes de construcción.
No obstante, estos costes extras se compensan con beneficios directos tanto a propietarios como a usuarios.
Para los propietarios, estos edificios eficientes se diferencian del resto con lo que se aumenta su valor, pudiendo pedir rentas más altas.
Para las empresas usuarias, los costes de operación y mantenimiento disminuyen, se asocia la empresa a una imagen más sostenible y se incrementa la productividad de los empleados.
En diversos estudios realizados, se ha verificado que ha disminuido el absentismo de los trabajadores al trabajar en un ambiente más sano. Así mismo, se incrementa la productividad de los empleados porque trabajan en un ambiente más feliz.
En estos edificios sostenibles y eficientes se mejora la calidad lumínica, es más confortable térmicamente, la calidad del aire interior es mejor. Por tanto, cuando vas a trabajar, te sientes mejor y si te sientes mejor, eres más productivo.
Si eres propietario, ¿a qué esperas a hacer que tu edificio sea más eficiente? ¿Aún no estás convencido de los beneficios que te puede reportar?
Si eres empleado, ¿crees que trabajarías más a gusto en un entorno más sostenible?
Si eres gerente de un hotel, ¿no crees que tanto tus trabajadores como clientes apreciaran que realices una rehabilitación energética?
¿Crees ahora que los edificios sostenibles y eficientes valen más de lo que cuestan?
Fuente: Construarea